top of page

Las personas aman comprar, pero odian que les vendan.


 

Entras a una tienda de zapatos, ya sea a curiosear o a con una necesidad en mente y automáticamente salta un vendedor a comentarte las promociones, rebajas, a tantas cuotas sin intereses con esta tarjeta. Te persigue por la tienda mientras miras y lo sientes tan cerca y observándote que puede que te incomodes y te vayas.


Estás en un supermercado haciendo compras la casa y nada más para cruzar el pasillo te topas con dos o tres impulsadoras ofreciendo alguna promoción, degustando producto, que si "lleve tantos y pague tanto", que si "compra dos le regalo un noseque".


Si este tipo de venta y promoción está desapareciendo, es por la simple razón de que "amamos comprar y odiamos que nos vendan". Como cada vez estamos mas alertas y preparados como consumidores, esa venta "invasiva" nos incomoda, nos invade y la insistencia nos termina por cansar y generar rechazo.

 

En medio de tanto ruido promocional

lo que menos se escucha

es lo que el consumidor quiere.

 

En un mercado donde la demanda disminuye y la competencia se vuelve más agresiva y la presión por vender aumenta, la respuesta es simple: deja de perseguir y acosar. En vez, dedícate a atraerlos hacia tus productos, hacia tu negocio de una manera sutil, diferente, pensada para él.


En plena guerra de precios, no hay que trabajar más duro, hay que trabajar de una manera más inteligente. Nos toca ser más recursivos.